Este año tuve la posibilidad de, por primera vez en mi vida, asistir al CES y justo fue el año donde las empresas y diferentes compañías se empeñaron en meternos hasta por las orejas pantallas con tecnología 3D. La realidad es que la mayoría de estas pantallas me dejaron sorprendido (sobre todo las OLED con 3D por su resolución y nitidez) pero evaluando un poco cómo viene el panorama la realidad es que no pienso que estas pantallas vayan a tener éxito, al menos por ahora.
Hablo de “por ahora” porque a la larga, cuando estas pantallas reduzcan el precio lo necesario como para que el usuario casero pueda adquirir una (por ejemplo al precio que hoy en día están las pantallas LCDs), terminaremos adquiriéndolas. Pero no me refiero solamente a eso. Hay una serie de puntos que me gustaría desarrollar y por los cuales considero que no tendremos una pantalla 3D en nuestra pieza o comedor hasta dentro de algunos años.
El problema de las gafas
Antes que nada quiero decir que la tecnología 3D me terminó de enloquecer cuando fui al cine a ver Avatar. La realidad es que, guste o no guste la producción, la tecnología utilizada y cómo funciona es algo verdaderamentesorprendente. El problema en este caso fueron las gafas. Yo no estoy acostumbrado a utilizar gafas mucho tiempo al día (no más que para conducir o cuando hay mucho sol) y nadie quiere tener que sentarse durante 2 horas o 2 horas y media delante de una pantalla con un par de anteojos para poder disfrutar de la tecnología 3D. Y si bien actualmente hay pantallas que tienen esta capacidad sin utilizar estas gafas la realidad es que es algo demasiado prematuro y ni siquiera se puede disfrutar en todos los ángulos.
Otro problema que acarrean los anteojos es la cantidad que traerán las pantallas. La mayoría de los televisores que tengan esta tecnología traerán 4 gafas, mientras que las que tengan tecnología más avanzada, como los Sony, traerán 2. Esto significa que si quieres ver una película con 5 amigos vas a tener que tener en mente empezar a ahorrar para gastar dinero en otros anteojos. Probablemente nadie quiera, después de haber gastado una fortuna en estos dispositivos, gastar otros cuantos dólares, euros o pesos en otros pares de gafas.
Faltan contenidos
Otro de los motivos, y uno de los más importantes a mi parecer, es la falta de contenidos. Supuestamente este año será la gran llegada de las pantallas 3D pero la pregunta que me hago es “¿Para qué debería comprarme una pantalla 3D si todavía no tengo la cantidad de contenidos que me gustaría para disfrutarla?”. La respuesta, al menos en mi caso, es esperar hasta que salgan más películas, series y canales que soporten esta tecnología.Ni hablar siquiera de la TV. Hoy en día pocas emisoras están anunciando que pasarán solamente algunos partidos del mundial en 3D (sí, dije algunos, no todos) y de a muy poco se van conociendo proyectos de canales (la mayoría de Estados Unidos) que anuncian que tendrán contenidos compatibles con esta tecnología. Las pruebas que se han hecho, y que se harán, son bajo eventos y celebraciones importantes. De ahí a que se emitan shows como Lost, The Big Bang Theory o cualquiera que sigas, falta mucho, mucho tiempo.
El mercado HDTV recién llega
La compatibilidad es otro de los grandes problemas. ¿Hace cuánto que las empresas dejaron de decir que las pantallas planas son lo mejor del universo?El mercado todavía incluso estaba modificándose y esas personas que compraron una pantalla plana hace solamente 1 o 2 años (o incluso meses) no cambiará su televisión porque haya pantallas 3D y no importa que le digan que podrán prácticamente tocar la pelota de los partidos de fútbol o oler incluso las hamburguesas de las publicidades.
Precios
Por último, pero no me menos importante (de hecho es una de las cuestiones más importantes), es el precio de estas pantallas. Hoy en día una pantalla LCD de aproximadamente 32 pulgadas cuesta menos de mil dólares. Este es un precio bastante razonable y al que el consumidor final y hogareño tiene acceso y puede adquirir sin demasiados problemas.El inconveniente aquí es que las pantallas 3D salen, como mínimo, el triple. ¿Irías a comprar una pantalla que cuesta el triple de la que compraste hace algunos meses y que, además, no tiene tantos contenidos con los que puedas disfrutar la tecnología por la que pagaste el triple? No sé ustedes, pero yo no… al menos hasta dentro de un tiempo, cuando las películas en 3D sean lo más común del mundo y se puedan conseguir como hoy conseguimos cualquier DVD.
Fuente: Gizmologia (Sitio recomendado)
0 comentarios:
Publicar un comentario