Desde el pasado día 1 de enero los usuarios de paquetes de software de Microsoft, tales como cualquiera de las versiones del sistema operativo Windows y de la suite de productividad Office, podrán alquilar una copia previo pago de una tasa impuesta por los de Redmond. Una iniciativa que no sólo se ve promovida por la situación de crisis financiera que atraviesa la economía mundial, sino por la supuesta situación de irregularidad en la que se pueden encontrar algunas empresas.
Algunos de los afectados son establecimientos tales como cibercafés, hoteles o quioscos de aeropuertos, los cuales permiten el uso de ordenadores a terceras personas como un servicio por el que abonan el correspondiente importe. Sin embargo, las licencias de uso del sistema operativos Windows y de la suite Office dejan bien clara la prohibición de tales actividades. Algo a lo que Microsoft se acoge para poner en marcha lo que parece ser una nueva línea de negocio.
Los nueva opción de “derechos de alquiler” añade una renuncia de los términos de la licencia antes citados, lo que permite tal uso a cambio de una tarifa para cada copia de Windows y Office durante la vida útil del PC en el que estén instaladas. Es decir, que los propietarios de este tipo de empresas, no sólo han de pagar el pertinente sobreprecio que supone la licencia de los programas en la adquisición de la infraestructura informática, sino que tendrá que pagar una tarifa por el uso que permite de éstos como servicio. De no ser una empresa estadounidense, se podría decir que tiene tintes de sociedad gestora de derechos venida a menos.
Aunque por el momento el coste de las tarifas no se han confirmado por parte de Microsoft, algunos analistas adelantan algunos precios, como los 58 dólares (40 euros) por Office Professional, 45 dólares (31 euros) por Office Standard y 23 dólares (16 euros) por cualquier versión de Windows.
Vía: CNET
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